Primero fueron los controladores, ahora los pilotitos pero el caso es que vuelven a la carga, ahora toca el para ellos intolerable gesto de la compañía de crear Iberia Express, una nueva línea empresarial de vuelos de bajo costo, faltaba más.
Estos hijos de papá, pijos a más no poder pilotitos de Iberia de doscientos mil boniatos al año cuyo título se obtiene exclusivamente en centros privados y cuesta como mínimo unos trescientos mil del ala, estos privilegiados que se fijan sus propios períodos de presencia, trabajo y descanso, que se diseñan sus horarios, rutas y calendarios al antojo de sus testículos, están que trinan por los escasos seis mil al mes que va a ganar un piloto de la nueva Iberia Express. Pobrecitos.
Estos tiranos, malcriados y consentidos de mierda que se creen el ombligo del mundo, estos pijos del espejo son capaces de poner en jaque a toda una sociedad, les importa un carajo todo aquello ajeno a la merma de sus desproporcionados honorarios y se permiten anunciar su huelga para plena temporada turística jugando con los escasos y mínimos sueños de los trabajadores a la vez que ponen en peligro a todo un sector económico tan importante como el turístico. Son asquerosamente insoportables.
No entendemos como en "estepaís" se puede poner en la calle a cualquier miresable pagainfantas mientras que éstos niñatos hacen y deshacen a su antojo excusándose falsamente en la ridícula y recurrente tapadera de la seguridad aérea, son unos hipócritas impresentables.
Un pijo del Sepla gana al mes seis veces más que un neurocirujano del Hospital Universitario Virgen del Rocío, trabaja los días que le sale del higo y descansa por cinco el tiempo trabajado y aún así les parece poco, ahora protestan por los escasos seis mil que va a ganar un piloto de Iberia Express.
Estos chulos, prepotentes, chantajistas, soberbios, altivos, arrogantes y endiosados que se consideran por encima del bien y el mal, se merecen que cogiditos por la oreja, se les facilite un paseíto descalzos por la vida, una bajada a la verdad, un asomo a la ventana de la realidad y después, una patada en los huevos y... a la calle.
No tenemos el chichi para ruidos y a estas alturas todos tenemos muy claro que... no hay Dioses vivos.
No tenemos el chichi para ruidos y a estas alturas todos tenemos muy claro que... no hay Dioses vivos.