Es lo que tiene la ignorancia. Algunos aún no deben de tenerlo muy claro y se confunden, sobre todo los ridículos supremacistas catalibanes que no distinguen la libertad de expresión con el tocar los cojones a los demás. Su derecho a ofender está por encima de todo, incluso del sentimiento del ofendido, pero no son sólo los gilipollas, egocéntricos y absurdos vanidosos independentistas vascos y catalanes, si esos, los del Rh superior, los que invierten su divertido tiempo en escupir y despreciar a España y cualquiera de sus símbolos, sea el que sea e independientemente de lo mucho que signifique, hay mucho subnormal y malnacido suelto que pretende que encima sonriamos cuando se suena los mocos con la bandera nacional, se burla de un icono religioso, se desnuda en una catedral o se tira un pedo en medio de una concentración. Eso es lo que entienden por democracia, la de los derechos de los hijos de puta y las obligaciones de los demás a no sentirse provocados ni ofendidos, y encima sonriendo por supuesto, no faltaba más, porque son unos malditos hijos de puta opero eso sí, muy simpáticos y divertidos.
Pues con una sonrisa me cago en vuestra puta madre.