Queremos entender y es tan fácil que sin querer lo entendemos, es de lógica, es la verdad, la puta realidad. La situación es desesperante, límite para miles y miles de pagainfantas, para hombres y mujeres que cada día desayunan con la frustración de un nuevo amanecer, que no ven el mañana por la oscuridad del presente, lo entendemos, no queda otra, es así y ante ello se rinde la razón, la situación es tal que supera con creces la justicia de la causa, es un motivo sobradamente honrado para poner el grito en el cielo, para gritar, pedir justicia y reclamar a la privilegiada casta que nos desgobierna el derecho a vivir con dignidad, a trabajar y comer cada día, a ganarse el pan y volver a tener ilusión por vivir.
Así es, es de total justicia pero hasta ahí. Lo que no podemos entender es los de los guerrilleros éstos, los tontoflautas defenestrados, los niñatos de la pedrada y el cohete, los interesadamente automarginados para justificarse y no pegar palo al agua en la puta vida, los vividores por cuenta ajena que ocupan por cojones y en uso del propio albedrío, los adosados que reclaman derechos sin obligaciones, los de la cobarde capucha, los vagos titulados, los indecentes apólogos del terrorismo urbano, los sabandijas de la palestina en pleno agosto, los de la ridícula "resistencia" que no resisten ni tres días en el andamio, los hijos de puta que se divierten destrozando lo que les sale de los cojones y matan su aburrimiento machacando a patadas la cabeza a un policía al amparo de una reclamación ciudadana tan motivada, honesta, honrada y justa como la de la dignidad. Esos son terroristas y por ello donde tienen que estar es en la puta trena. Y punto.
No se puede consentir, es intolerable lo de éstos niñatos. imbéciles e inútiles malcriados, es vergonzoso el comprobar como este chachi, megaguay y superdemocrático sistema consiente sin rubor que los parásitos éstos se muevan libremente utilizando de forma pública las redes sociales que seguro les pagará papuchi para convocar movilizaciones y llamamientos a la guerrilla urbana, es inadmisible el verles quedar para reunirse con la inocente intención de quemar vivos a policías. Es totalmente vergonzoso.
Una sociedad que permite y calla ante ésto es una sociedad enferma, podrida y carente de valores como el respeto y la educación, es una sociedad aborregada, inculta, temerosa, acojonada y sin orgullo, es una sociedad que necesita urgentemente recuperar la sensatez y retomar el pulso a la escala de valores, a la verdad, a llamar a las cosas por su nombre y poner en su sitio al maleante, al vago y al hijoputa porque lo de éstos niñatos de mierda es terrorismo y el terrorista donde tiene que estar es... en la trena.!