jueves, 30 de abril de 2015

No llovía


Ha habido suerte, menos mal que hoy no llovía. Algo está fallando y no hablo de política, corruptelas, chorizos con coche oficial ni asuntos "tan importantes", me refiero a lo básico, a la educación institucional, al respeto a los más indefensos, los más débiles, a nuestros mayores. 
Hoy a las siete y media de la mañana había un matrimonio de más de ochenta años esperando a la puerta de la Caja, cada uno con su documento nacional de identidad en una mano y la cachava en la otra para acojonados, cumplir con la amenazante obligatoriedad de "digitalizar" su carné. Yo, por más que los miraba, no les veía ni la más mínima pinta de poder blanquear absolutamente nada.
De repente, con dirección a la boca noté la súbita ascensión de un torrente de indignación, pena y rabia, por un momento imaginé a mis padres en esa situación y una catarata descontrolada de juramentos y maldiciones salían disparados hacia la nada con ganas de arrasarlo todo.
Se me abrieron las pieles del colgajo. No hay derecho a que una sociedad permita que un matrimonio de más de ochenta años tenga que esperar a la puerta de la caja a esas horas, acojonados por el temor a que le congelen la cuenta, a no poder cobrar su pensión... no hay derecho, esa sociedad merece un par de hostias que la espabile, un buen chute de ética y respeto, una dosis extra de consideración hacia los más humildes y desamparados, a los mayores, a nuestros padres. 
Este reino de pagainfantas necesita un par de hostias pero bien dadas, de esas de mano abierta con impulso y retroceso, un par de buenas hostias de las de antes, de cuando había lo que tenía que haber. Respeto.
Menos mal que no llovía.