sábado, 23 de febrero de 2013

Los miserables.

No hace falta ir al cine ni echarle imaginación, no hay fantasía, se trata simplemente de ver, no hace falta mirar, de oír sin necesidad de escuchar, están ahí, en la poltrona, bajo el palio de lo intocable, con la inmunidad del todopoderoso, con el sarcasmo, la ironía y el retintín como respuesta al reproche social, con el lema de "échame de comer y llámame lo que quieras", con la peineta como modo de expresión hacia el soberano.
Todos los días, absolutamente todos los días salta la liebre, a diario muestran el rabo, carecen de escrúpulos, les sobra prepotencia, vanidad, jactancia y engreimiento, se lo pasan todo por la sudorosa zona genital, con cuatro años les basta, con un mandato sobra para forrarse, son despreciables, son escoria sin principios, rastreros sin moral, son por todos conocidos, por la justicia imputados pero no pasa nada, hay peinetas para todos, esto es España y aquí nunca pasa nada, "mañana más".
No hace falta ir al cine, los tenemos por todos lados, hay casos a patadas, aparecen, llevan la buchaca y desaparecen, esto es como el tráfico de drogas, se pilla al tonto, al gilipollas nada más, se trinca a uno y pasan mil.
Nos han perdido el respeto, el pueblo está cansado, aburrido, asqueado y sin ideales, nos han traído la desconfianza y el desengaño, no se les cree, no hay color que les identifique, da los mismo los unos que los otros, no hay alternativa, no hay fe social, no hay esperanza.
No hace falta ir al cine, vean sin mirar, oigan sin escuchar, están ahí, ahí los tenemos, son "Los Miserables".

3 comentarios:

  1. Sensacional, y desgraciadamente tienes más razón que un santo.

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  2. Pues sí, esto es lo que hay ,y es peor, porque parece que lo tenemos asumido. Un saludo.

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  3. PERO NO SIN ESPERANZA !!

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