martes, 16 de diciembre de 2014

Mi vecina del quinto


España va bien, el mandamás dice que somos una gran nación, que estamos en la senda del crecimiento, que estamos saliendo de la crisis y somos la envidia de Europa. Que guay, y yo con estos pelos, no sé porqué me da que decir esas chorradas es tomarnos por gilipollas y por ello auténtico caldo de cultivo, sopa de marisco para el ínclito ultraizquierdista de la coletita, si ese, el que no sabe pronunciar aquello de "Los etarras son asesinos".
Mientras pensaba en ello me asomé a la RAE y repasé las definiciones de los términos "velocidad" y "tocino", no sea que me esté pegando un piscinazo por iluso pero no, va a ser que no, va a ser que quiero decir lo que siento sintiendo lo que digo.
Ayer, en el silencio de una tarde a solas, una tarde de sofá, pipas y manta, con incienso de frutas del bosque pero sin perro, chimenea ni mariconadas de esas, bueno pues eso, que mientras devoraba con ansia las últimas páginas electrónicas del fusilado, último, muy recomendable y creo que único buen libro que nunca ha escrito Pilar Eyre, la caja tonta se lo curraba sin compañía, sin tonto que la mirara, vamos, como mi vecina de quinto por mucho que la pobre lo intente...
De buenas a primeras algo distrajo mi atención y me hizo levantar la cabeza, en la tele un canal que yo no sabía ni que existía y que juro por esnupi que no puse, donde una mujer con moño y sin sonrisa contaba a la periodista que no disponía de gas, calefacción ni agua caliente en casa, que vivía con sus tres hijos, niño y niña de unos siete a diez años enfermos de asma enchufados por turnos a una máscara de oxígeno y el mayor de unos doce, con sabañones en las manos. Son una familia de Cuenca que viven en una casa con un setenta y cinco por ciento de humedad en su interior, donde entra el frío por todos los lados menos por uno, donde tienen que dormir con guantes, camiseta, pijama de franela, sudadera, bajo cuatro mantas, de dos en dos y abrazados entre si para darse calor, sin ingresos, sin comida, sin nada, con la miseria en la mesa.
Luego vinieron más, más personas que viven en la calle, que lo han perdido todo, gente que pasa los días a cuenta de los abuelos, sin presente ni mañana, sin ilusión ni esperanza, sin futuro.
Hoy abro el mentidero y leo... "Repsol compra Talisman Energy por diez mil millones de euros". No tengo ni puta idea de los que es Talisman Energy, me la bufa, no me he preocupado de buscarlo en internet, me la trae al pairo, tal y como está el patio, leo que alguien se gasta diez mil millones de euros en comprar lo que sea y se me eriza el bello, se me abre el alma y vuelco por la boca mi pozo negro, pienso en una madre íntimamente frustrada por su fracaso, tres niños muertos de frío en su propia casa, en una criatura de doce años con sabañones, en la gente en la puta calle por la usura de la banca, la crueldad de una realidad, la desprotección y el abandono institucional, no pienso en nada más, en lo único que me viene a la cabeza.
Miraba la tele y se me partía el alma, pensaba en su día a día, en su agonía, en su desesperación, leo la prensa y se me va la olla, mi pozo negro, es como si la cosa no fuera con ellos, paso de saber más, me da igual, esto no es asunto de tocino ni velocidad, ésta es la verdad y pienso en ella, en aquella mujer con moño y sin sonrisa, en esa mujer que no tiene quien la mire, como mi vecina del quinto.

1 comentario:

  1. Como te lea uno que yo se (que va ser que no) te llamará catastrofista, igual que aquel otro que llenó España de antipatriotas tildando de tal a quien mentara la crisis económica.
    Y es que España va bien... para algunos, claro.

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