Bocazas.

Saben de todo, son unos lumbreras, unos omnívoros intelectuales, unas eminencias culturales, unos listos de tres pares de cojones que predican alegremente de lo humano y disertan con soberbia de lo divino, que lo mismo te esclarecen el asesinato se Asunta Basterra que desmantelan una red de tráfico de nata montada, saben de todo más que nada y entienden más que nadie, sobramos todos, saben de crímenes, asesinatos e investigación policial más que la policía, de economía más que un economista, de medicina más que un forense y de almorranas más que un almorranólogo, no sé ni como estamos como estamos con tanto enterado matutino, con tanto listo.

Sobramos todos, siempre están ahí, de lunes a viernes alumbran cada mañana nuestra ignorancia desde su majestuoso, magnánimo y altruista caño de sabiduría, saben de todo, de inmigración irregular, de saltaverjas y devoluciones en caliente, de como acabar con la corrupción en corruptolandia, como detener sin pegar un tiro a un atracador parapetado pistola en mano tras una rehén y de como prevenir, evitar, identificar y detener a doscientos hijos de puta que han montado una quedada para partirse la cara junto al Manzanares.

Se miran, se orgasman, se masturban escuchándose. Son los tertulianos de la caja tonta, son escritores sin tinta a los que se les da de madre lo de pedir explicaciones hasta de lo inexplicable, son filósofos baratos, jueces sin estrado, linternas sin bombilla, escrupulosos sin escrúpulos, veteranos sin experiencia, bífidos charlatanes, ignorantes por temerarios, boceras del día después, asnos bienpeinaos y palabreros sin palabra, son los que son, unos bocazas.