Hoy todo el mundo sabe de todo y sobre todo, todos quieren tener razón, lees un artículo de lo que sea y en los comentarios de abajo se tiran a matar defendiendo unas ideas antagónicas que por cierto casi nunca tienen que ver con su contenido, en las Redes Sociales hasta por poner una foto te salpican digitalmente en los morros porque nada tiene que ver con la temática del grupo, si hablas de escopeta, pico y pala contra el lobo te saltan al cuello los animalistas para despellejarte la opinión, si dices que sólo hay dos géneros, hombres y mujeres, eres un transfóbico, génerofóbico y seguidor del Botafogo, y así con todo, opinar hoy en día es meterte en camisa de once varas. Antes eso sólo pasaba entre los madridistas y los que no tienen ni puta idea de fútbol, los culés quiero decir.
Por ejemplo, yo nunca me preocupé de lo que no me importaba, era muy fácil, no me hables de vatios, voltios, ohmios y amperios porque es como si me hablan de filosofía cuántica eclesiástica, si es que eso existe. No tengo ni zorra idea, yo sólo quiero que al dar al botón se encienda la luz y que el frigorífico enfríe y todo funcione, no me expliques como porque me la bufa. Luego entonces… ¿qué tengo que decir sobre eso? ¿qué cojones me importa? Hay mucho aburrido por el mundo… mira, buen título para un libro.
Lo que está pasando en "estepaís" de listos y enteraos está claro, hay una crispación social hasta ahora nunca conocida, un odio entre opiniones de la Virgen y eso genera violencia verbal y es lógico porque tiene que haber de todo en la viña del Señor, cómo será… que hasta hay quienes defienden los pactos del psicópata Perro Sánchez… poco más que decir, y así con todo.
Lo q pasa es q interesa a nuestra querida bazofia política q no pensemos todos igual, porque si llegase ese caso, a la bazofia la colgariamos
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