miércoles, 4 de junio de 2025

Miserable y ruin.



Acabo de escuchar la entrevista al pediatra de Bilbao D. Jesús Sánchez Etxaniz, amonestado por la Consejería de Salud del Gobierno Vasco por acompañar a una niña en fase terminal fuera del horario laboral basando la misma en el "execrable" hecho de utilizar el coche oficial del Servicio de Cuidados Paliativos para desplazarse. La niña se estaba muriendo.
Una persona, sea o no médico, que vuelca su tiempo más allá del obligado por su profesión en atender a niños en sus últimos días de vida nunca puede merecer algo así si no al revés, es una persona que rebosa valor y humanidad, un ser humano con un corazón y un sentimiento que merece no sólo su reconocimiento si no la gratitud pública de la sociedad. Nunca una amonestación ni un simple reproche, jamás. 
De la gente que lucha contra el cáncer infantil sé un poco, sigo de cerca varias Asociaciones pero el pánico me impide ni tan siquiera acercarme a ellas. Una de ellas es "Todos Somos Ivan", de la que  conozco de primera mano sus actividades en la lucha contra la enfermedad. Por otro lado un muy buen amigo mío está dedicado en cuerpo y alma a la captación de fondos en pro de esa titánica lucha a través de la Asociación "Policías x Valientes" y hacen una labor asombrosa, increíble. Son gente que cada día mira la posibilidad de la muerte en el inocente rostro de esas criaturas y eso, a mí me resulta  imposible, asolador, yo no podría hacerlo, me supera, es una tarea de superhéroes, de personas dotadas de un valor sin igual. Yo sólo podría llorar.
Todas las personas que trabajan y luchan contra el cáncer infantil son seres especiales, únicos, con unos valores supremos y quizás por ello, la ínclita Consejería de Salud del Gobierno Vasco debería de hacérselo mirar, esa amonestación al pediatra en cuestión es un gesto miserable, indigno y ruin.  
Deberían hacérselo mirar.

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