jueves, 18 de febrero de 2016

El perro del hortelano.


Pasa el tiempo y "estepaís" está siendo víctima de sí mismo, sobre todo de sus complejos y así le está pasando lo peor que le podía pasar, que está perdiendo la esperanza y no es para menos.
España está desilusionada gracias a la política sin clase que lo gobierna, la que ni come ni deja comer, la de la traición de los borjamaris, pringaos y corruptos hasta las cejas, la de las personas que una vez votados se convirtieron en personajes, la de los que asoman el plumero con tal de gobernar, la de la imposición de las ideologías a las ideas, la de la cuna de los temeratos y acomplejados, la de la guerra inacabada, la de la soberbia del perdedor, la teología del fracasado, la prepotencia del ganador, el interés del separatista, la codicia del fanático, la especulación del voto lucrativo y así cada día, jugando en campo ajeno y beneficio propio con el destino de todos, sin interés de estado, sin fueras de juego, sin respeto a lo votado, sin reglas, sin líneas rojas ni más mira que la de su propio ombligo y para colmo, un endiosado, embelesado y engreído aspirante a vicepresidente que se autoasume un papelón que no le corresponde y aspira a ser vicepresidente para vicepresidirlo todo, hasta lo invicepresidible, Interior, Defensa, el Ceenei, el Boe y hasta la comunidad de propietarios.
Aquí no hay cabida al honor, todo se vende, el grupo parlamentario a venticinco, el derecho a referendum a treinta y dos y el acuerdo de gobierno a sesenta y tres el kilo. Todo tiene un precio, no hay dignidad y mucho menos política, todos se acuestan con todos si el precio es bueno, aunque cueste la esperanza de un pueblo.
España está siendo víctima de si misma, de la falta de orgullo, patriotismo, idea de Nación y concepto de Estado, de lo que toda la vida se ha llamado el síndrome de "el perro del hortelano".

3 comentarios:

  1. Creo,no mejor afirmo que así mismo lo entiendo yo.

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  2. Es que siempre que escribes con esa prosa tan estupenda, aciertas.
    Ilergeta.

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  3. No puedo más que estar de acuerdo con tus palabras, aunque es triste que sea así

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