martes, 12 de noviembre de 2013

La mentira del perdón.


Eso de pedir perdón no acabamos de entenderlo muy bien, pudiera ser que no nos hubiéramos dado cuenta y nos han pisado sin querer bailando el tango, lo decimos por la facilidad con la que se habla de pedir perdón a las víctimas, de hecho hasta se da por supuesto que las víctimas una vez les den las gracias por el detalle, les disculparán, absolverán y aquí no ha pasado nada. Pelillos a la mar.
Eso de pedir perdón ¿quién lo ha exigido?, ¿de dónde ha salido? ¿acaso el  pedir perdón arregla, soluciona o enmienda algo?, ¿apaga la soledad?, el perdón nos la pela y el arrepentimiento nos la bufa, eso si, con cuidado que no estamos para muchos trotes ya. Ni perdón ni olvido.
Ahora va a resultar que vamos a criminalizar de nuevo a las víctimas y esta vez por soberbios al no querer perdonar a los "muchachos de la gasolina" que decía el diácono Arzallus, ya no nos extraña nada, nada puede extrañarnos después de leer por ejemplo como el patético, deleznable y supuestamente ilustrado que no ilustre Enric Sopena tachaba de fascistas a las víctimas del terrorismo  por el hecho de manifestarse.
Vamos a ver, en materia de terrorismo nadie en su sano juicio es capaz de perdonar, no me vengan con rollos y monsergas, pregunten a Ortega Lara a ver si perdona a los que le hicieron suplicar la muerte todos y cada uno de los quinientos treinta y dos días que pasó encerrado en aquel garito, pregunten a Irene Villa si perdonaría a quien la mutiló para siempre, pregunten a los padres, a los huérfanos, a los hermanos, a las viudas, pregunten a la verdad.
Aquí no estamos hablando de chorizos al uso, no estamos hablando de corruptos politicuchos a quien se les ha ido la la mano trincando, no, aquí estamos tratando de asesinos hijos de puta que han matado a más de ochocientas personas, destrozado la vida a otras miles y aterrorizado a toda una sociedad durante décadas, de esos estamos hablando, a esos es a los que supuestamente hay que perdonar.
Debemos ser un bicho raro ya que personalmente tenemos muy claro que sería mucho más fácil perdonar después de haberse vengado y contra esa gentuza todavía tenemos mucho odio y rencor dentro, sentimiento que nos acompañará hasta el último respiro y además, que nadie nos venga con gilipolleces ni bonitas palabras, en el caso que nos ocupa el perdón no existe, el perdón es mentira, una puta mentira, la mentira del perdón.

3 comentarios:

  1. ESTAMOS TODOS PASMAOS POR LAS VERDADES QUE NOS DICES.

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  2. En este caso, como en los abusos a menores, yo les perdonaría, después de aplicar la ley del talión.

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