Diafra.

Eso de la  hortera discriminación positiva en el tema del feminismo hasta nos hacía gracia pero lo que nos viene ahora sobrepasa con creces ese tipo de diferencia, lo de ahora es dañino, doloroso, vergonzoso y humillante.

Es una discriminación cruel para con la razón, el sentido común y la memoria. Por un lado el presidente de la Comunidad Autónoma Vasca Patxi López va a abrir una oficina para organizar el regreso a casa y reinserción social de etarras deportados o huidos, por otro, el restaurador o mejor dicho el cocinero José Andrés, ofrece trabajo en sus restaurantes de los Estados Unidos a los etarras arrepentidos puesto que “la paz solo será posible con olvido, cariño, calma, comprensión etc…”

Vamos a ver si cuadramos esto aunque mucho nos tememos que no va a ser fácil, ahora resulta que tenemos que olvidarnos de todo y tratar a los etarras con comprensión y cariño, que para recibir una pensión de reinserción o tener curro en un restaurante del megafasion emigrado cocinillas hay que haber sido un verdugo hijo de puta, sanguinario asesino, mafioso y cobarde pero eso si, que pida perdón.No es fácil.

Nueve de cada diez personas, por simple sentido común no entenderían algo tan aberrante, la otra seguro que sería un baboso aberchale que cuando se le habla de pedir perdón a las victimas te viene con monsergas de años con controles de la Guardia Civil, torturas, presos políticos y hasta el franquismo, como hizo hace unos días el mismísimo mocho Anasagasti.

Esto ya es para exiliarse en Diafra, al final la culpa de todo la van a tener las víctimas. Algún imbécil de la mandamasía, piensa que se puede borrar el historial así como así, de repente, cuando el sentido común se bloquea reiniciamos la vida y punto, abrimos una oficina por donde vayan pasando asesinos huidos de la justicia y criminales deportados a Venezuela o Cuba, les damos una pensión o ayudita mensual y aquí no pasa nada, todos hermanos, todos felices.

No tiene sentido y mucho menos del común. Esto no pasa ni en Diafra.

Pin.