Es lo que hay.

Hoy el mentidero diario nos informa que los proetarras de Bildu no votarán en el pleno del Ayuntamiento de Ermua la moción impulsada por el pepé por la que se condenan todos y cada uno de los asesinatos de ETA pidiendo a su vez su disolución.

En respuesta, los cínicos, impúdicos e hipócritas vienen con las chorradas al chocolate a las que nos tienen acostumbrados, con el alegato de que la moción en cuestión “responde a esquemas superados por la sociedad” y que de lo que se trata es de lograr la paz definitiva por supuesto, citando antes la independencia como trámite anterior y de obligado cumplimiento para tal objetivo.

Desde luego, no podíamos esperar cosa diferente de quien ampara, protege, abriga y subvenciona a una banda de mafiosos, cobardes y asesinos a sueldo. No nos sorprende de quien aplaude y homenajea a hijos de vagina muy sociable a su salida de prisión como si hubieran ganado el Tour con el orgulloso mérito para ellos de haber destrozado por antojo y de forma tan alevosa como cobarde las vidas de personas que jamás conocieron. No nos pilla de sorpresa de quien a sus calles pone nombre de gudaris de mierda muertos bien sea al explotarles su propia bomba en las manos o en un enfrentamiento cara a cara con la Policía o Guardia Civil.

Cada vez que leemos cosas semejantes no podemos dejar de ponernos en el sentir de los padres de los niños destrozados por el hecho de jugar en el interior de una casa cuartel, en los inocentes terriblemente pasados por las armas por pensar o no pensar, simplemente por pasar por allí, en el corazón de las madres enlutadas que pasan sus días entre el olvido social y el desprecio institucional, no podemos dejar de acordarnos de aquellas comuniones sin padre, en las horribles navidades de la silla vacía, en los cumpleaños sin fiesta, en los aniversarios sin cumplir, en el íntimo y silencioso dolor del alma.

Leyendo lo leído no podemos sino ratificarnos en que “estepaís” que tanto proclama la supermodernísima memoria histérica que a la mayoría de los pagainfantas nos importa un huevo por tener más que superada, por el mero hecho de ni tan siquiera replicar a esa gentuza, se olvida y desprecia la verdadera memoria, la del íntimo dolor de la ausencia.

Lo tenemos claro y por algún sitio hemos debido de leerlo, la única forma de levantar la dignidad de Expaña es bajando el nivel del mar.

No me gusta nada esta expresión pero… es lo que hay.

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