Ahora resulta que los iluminados que guían nuestros caminos desde el Ministerio del Interior, a partir de Año Nuevo nos mandan quitar los triángulos de preseñalización de peligro y comprar en su lugar un pirulí con lucecitas de entre treinta y cuarenta pavos para ponerlo en lo alto del coche cuando sea necesario, otro pelotazo, sólo que en éste caso, criminal por lo que va a acarrear, es una desfachatez propia de un demente sin escrúpulos.
Ahora nada te va a a avisar, a PRESEÑALIZAR un obstáculo en la calzada, la existencia de un vehículo averiado en un vía sin arcén o un camión inmovilizado en mitad de la carretera a la salida de una curva porque se ha quedado sin trócola en el mechero. Una puta temeridad que va a costar muchas vidas.
Yo ya de antemano aviso que no voy a pagar ese nuevo impuesto, que seguiré llevando los triángulos porque lo importante es señalizar bien un obstáculo a la circulación y para ello es aún más determinante el preseñalizarlo con suficiente antelación para anunciar la presencia del peligro. La vida de las personas está en juego y el que sale de la curva y se encuentra contigo no tiene la culpa de que estés ahí en medio por mucho pirulí con lucecitas que pongas en el techo.
Hasta ahora nunca tuve que utilizar los triángulos y mucho sería... pero bueno, asumo mi responsabilidad, si me trincan pagaré la multa que se me imponga y punto, pero no pienso colaborar con esta oscura mafia que sin conciencia ni escrúpulos fijan un nuevo impuesto que va a suponer el desembolso por porte de los ciudadanos usuarios de las carreteras que somos todos, de miles de millones de euros para encima ponerse y poner en peligro al resto de usuarios.
La flota de vehículos de España supera los 33 millones, multipliquen por entre 30-40 pavos cada uno... es que son unos inmorales que van a ocasionar la muerte de muchas personas por intereses espurios y además sólo en "estepaís" porque en el resto de Europa deben de ser muy tontos dado que seguirán con los triángulos de siempre.
Nosotros vamos a ser los tontos del pirulí y no tiene ninguna gracia. Ni la más mínima y tanto es así que cuando se demuestre lo terriblemente peligroso de la situación creada, retirarán sin reparo alguno el pirulí de la lucecita y volveremos a los triángulos, pero ya será tarde.
Otro pelotazo y a callar.

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